En moto entre la Alameda de Hércules y las Columnas de Hércules.


Contenido originalmente publicado y extraído del desaparecido Foro Royal Enfield España.





Me da que esta crónica va a ser larga pero, teniendo en cuenta que ya llevo unos cuantos kilómetros de moto a las espaldas, este ha sido uno de los viajes que más he disfrutado nunca y por tanto tengo que contároslo. Ha sido corto pero intenso. En principio pensábamos hacer la misma ruta que casualmente nos contaba hace pocos días nuestro amigo Vanroyal, pero por cuestiones que no vienen al caso no resultaba viable, y como no queríamos quedarnos sin viaje decidimos esta otra ruta que bien podría ser la síntesis de los paisajes andaluces. Y creo que merecerá la pena que me extienda, porque estoy deseando compartirlo con todos vosotros. De modo que...



Sevilla, 18 de septiembre de 2010.

Motos:
Suzuki 250 GZ Marauder, Puri.
Royal Enfield Bullet 500 Classic, Parsi.

Aunque sea sábado y estemos de vacaciones decidimos salir muy temprano porque preveemos que la ruta que tenemos planeada, a pesar de no ser muy larga en kilómetros, sí será muy lenta. Un café rápido y cargamos la Suzuki con la mochila en la que llevamos lo poco que vamos a necesitar este fin de semana. Paramos en la gasolinera que tenemos junto a casa y llenamos los depósitos y ajustamos las presiones de los neumáticos. Tenemos planeado el desayuno en Zahara de la Sierra o en Grazalema.

Partimos rumbo sur por la SE-30 y tomamos la autovía hasta Utrera, donde enlazaremos con la A375 hasta Cuatro Mojones. La temperatura es mucho más baja de lo que esperábamos y vamos pasando más frió de lo que nos gustaría. La carretera es amplia con suaves curvas y pendientes. Esta parte del recorrido me trae buenos recuerdos de mis primeros pinitos en el vuelo libre. Junto a Los Molares está el que llamábamos cerro escuela, donde por primera vez despegué los pies del suelo, y un poco más allá, en Montellano, sería donde me dieran la suelta, mi primer vuelo de verdad. Estaba yo en estas meditaciones y recuerdos cuando al mirar por el retrovisor para controlar a Rosa veo un todo-terreno cargado de alas delta. Ahí estaban el que fue mi instructor de vuelo y los que hoy están aprendiendo a volar. Me bajo el pañuelo que me cubre la cara, me giro sobre el asiento y les saludo. Adelantamos la primera parada para charlar un rato con ellos en la venta de Cuatro Mojones  y para darles la oportunidad de volver a meterme el gusanillo de los deportes aéreos.

Primera parada. Se aprovecha para aligerar peso.

Nos despedimos y seguimos camino pasando por Algodonales hacia Zahara de la Sierra, donde pararemos a desayunar y a comprar un par de camisetas interiores que nos vendrían muy bien para el resto de la mañana.

Embalse de Zahara.

Esta vista siempre me pareció de las más bellas que se puedan contemplar.

Algodonales al pie de la sierra de Lijar visto desde Zahara. Bueno, la carne de burro...


Ahora es cuando empieza lo bueno.Terminado el reconfortante desayuno y un poco más abrigados comenzamos la subida al Puerto de las Palomas situado a 1357m desde donde se disfruta de unas espectaculares vistas, aunque casi todas las de este viaje lo serían. Curvas y más curvas muy cuesta arriba y muy cerradas al borde del precipicio. Rosa, con a penas 1000 km de experiencia da la talla.

Con el pinsapar al fondo.

Lijar, Algodonales, Embalse de Zahara, curvas...

Concurso de bellezas.

Como se caiga vas a bajar tú a cogerlo.

Tras una breve parada seguimos ahora bajando el puerto hasta Grazalema. Adelantamos a algunos ciclistas y nos adelantan algunas deportivas. A la entrada del pueblo nos encontramos con un numeroso grupo de moteros que están de concentración. Parsi es como siempre el centro de atención por donde quiera que pasa, ya nos pasó también en Zahara. Se trata de la IX concentración española e internacional de moteros sordos con unas 60 motos de toda Europa (Alemania, Austria, Bélgica, Reino Unido...).

La mañana era perfecta.
Grazalema.

IX concentración española e internacional de moteros sordos.

Rodamos unos pocos kilómetros con este grupo hasta que ellos se desvían a Ronda y nosotros seguimos rumbo a Villaluenga del Rosario, Benaocaz, Ubrique, El Bosque, Benamahoma y vuelta a Grazalema. En una de estas curvas nos encontramos a unos colegas que habían tenido un accidente con una Kawa y a los que por suerte no les pasó nada, como ya estaban siendo atendidos y nos dijeron que no necesitaban nada seguimos nuestro paseo entre bosques y montañas. Voy contándole a Rosa mis aventuras de ala delta y le voy mostrando mis sitios preferidos de vuelo. En todo momento nos acompañan en el cielo los buitres leonados que en esta zona tienen una de las mayores colonias de Europa.

Que vida más dura la de las vaquitas...

Magnífico sitio para perderse.

Mira que rutera mi niña.

Benaocaz.

Un adelanto del otoño con el Salto del Cabrero al fondo.

Las nubes no nos asustan.

Vamos abandonando ya la serranía de Grazalema para adentrarnos ahora en la de Ronda ya en la provincia de Málaga. Montejaque, Benaoján, Cortes de la Frontera... Y parada para comer ya a las tres de la tarde en una venta con vistas al valle entre Cortes y Gaucín y siempre con las motos a la vista.

Precioso cielo.[

A pie de mesa.

Pasamos por Gaucín y Jimena de la Frontera para llegar a nuestro siguiente objetivo de nuevo en la provincia de Cádiz. Uno de los lugares de los que más interés tenía en visitar era Castellar de la Frontera. Y curveando ya por el Parque Natural de Los Alcornocales camino del castillo veo entre los arboles una base con un imponente Helicóptero de los que se usan en la extinción de incendios que me llama la atención, pero me aguanto las ganas de parar y seguimos camino otra vez hacia arriba. Castellar se divide en dos partes: la más moderna que está situada junto a la carretera A-405, y la vieja, el castillo, una fortaleza árabe del siglo XIII, que está a unos siete kilómetros en lo alto de un risco desde el que se domina el Embalse de Guadarranque. El interior de sus murallas es un laberinto de casitas encaladas con un encanto muy especial y donde se puede encontrar artesanía en casi cada esquina. Nos damos un paseo por sus callejuelas y nos tomamos un refresco antes de seguir camino.






Con el peñón de Gibraltar al fondo.

Camarón y Paco.



De vuelta a la A-405 pasamos de nuevo junto al helicóptero y no me resisto a fotografiarlo.

Retén de la Almoraima.[

Y cuando ya pasábamos de largo decido volver atrás y entrar en la finca para pedir permiso y fotografiarlo más de cerca. Alli estaban los pilotos de guardia que nos permiten sacar esas fotos, pero le echamos un poco de morro y les vamos pidiendo más. Silvia, que así se llama la simpatiquísima piloto de este impresionante aparato nos atendió muy amablemente y nos instruyó sobre las maravillas de este Kamov modelo KA32A11BC de fabricación rusa. Este helicóptero puede transportar 13 personas (además de los dos tripulantes) y cargar en su eslinga hasta 5000 kg. Está propulsado por dos motores que rinden en total cerca de 4500 cv y consume unos 800 o 900 litros de combustible a la hora volando a un crucero de 250 Km/h. El bambi, que es como se llama el contenedor del agua que utilizan en la extinción de incendios tiene una capacidad de 5000 litros, aunque nunca se llene al límite. El cercanísimo embalse de Guadarranque es el sitio perfecto para recoger agua. Silvia nos explicó que los rusos inventaron este sistema de doble rotor para evitar las pérdidas de potencia que suponen los largos ejes de los rotores de cola más convencionales. Si alguien está pensando cambiar su bala por uno de estos le conviene saber que la hora de vuelo facturada sale a 9000 euritos de nada. A partir de ahora, cuando veamos a estos valientes pilotos en la tele luchando contra las llamas siempre nos acordaremos de Silvia y no podremos evitar una agradecida sonrisa.

Kamov KA32A11BC y Royal Enfield Bullet 500 Classic.

Silvia, Rosa, EC-JSQ y Parsi. El perro no sé como se llama pero, ¿sería el famoso perrito piloto?.

Como un niño.

Besos Silvia. Muchas Gracias.

Seguimos después de este agradabilísimo rato rumbo a Tarifa y dejamos el Parque Natural de los Alcornocales para entrar ahora en el del Estrecho. Tomamos un pequeño tramo de autovía entre san Roque y Algeciras y seguimos la impresionante N-340 bordeando el estrecho de Gibraltar con unas magníficas vistas de Marruecos al otro lado. Comenzamos a ver los molinos que ya casi no nos abandonarán en el resto del viaje.

África. Marruecos más allá de Bab el-Zakat, o La Puerta de la Caridad, o las Columnas de Hércules, o ¿Escila y Caribdis?

No, amigo Sancho, no son molinos.

Sin entretenernos mucho nos vamos directos al hotel en Tarifa para descargar y descansar un poco antes de irnos a cenar. El hotel es el Cortijo Dehesa de Las Piñas, un sitio sin lujos pero suficientemente acogedor para pasar una noche muy cómodamente y con las motos dentro del recinto privado y al pie de nuestra ventana. Tarifa es otro buen sitio para volar.






Salimos a dar una vuelta y encontramos un sitio relativamente económico para cenar antes de irnos a dormir y descansar nuestros machacados huesos.


Playa de Valdevaqueros.

Eso sí, antes de dormir hay que ponerles el pijama a Puri y a Parsi, que van a dormir a la intemperie. Que por cierto será la primera vez que Parsi no duerma bajo techo.

Míralas qué monas.

Tras un reparador baño en una gran bañera y unas suficientes siete u ocho horas de sueño nos tomamos un té y un café mañanero antes de cargar de nuevo los bártulos y continuar nuestra ruta hacia el más contundente desayuno que haríamos en la playa de Bolonia.


Esta foto me encanta.[

Bolonia. La duna que veis al fondo está declarada Monumento Natural.

Otro monumento natural.

Esta vez me atreví a subir a una carretera que siempre vi en la parte alta de la duna. No nos arrepentiríamos. Las vistas son insuperables. Las rocas estaban llenas de buitreras y nuestros amigos alados nos pasaban tan cerca que casi se los podía tocar.

La ensenada de Bolonia.

Y de nuevo a la ruta hasta Zahara de los Atunes, Barbate y Caños de Meca por una carretera que discurre casi a la orilla del mar. Las nubes que llevaban un buen rato amenazando se decidieron a descargar un poco pero no llegaron a calarnos. Lo peor fue el fuerte viento de levante que como los molinos nos acompañaría casi hasta el final del día. Pasamos del Parque Natural del Estrecho al de la Breña y Marismas de Barbate.

Son gigantes, fiel escudero.

Pasamos la mañana por la playa y pensábamos comer en Caños, pero después de algún tiempo sin haber estado por allí nos encontramos con un ambiente muy decepcionante. Muchísima gente, mucho tráfico y mucho niñateo en un botellón que lo invadía todo y que seguro que duraba desde el jueves pasado. De todas formas nos damos una vuelta y tomamos algo junto al Cabo de Trafalgar.

Camino en Caños de Meca.

Cabo de Trafalgar.

Visto lo visto decidimos dejar la costa y comenzar el camino de vuelta a casa parando a comer en Vejer de la Frontera.




A la salida de Vejer nos encontramos con un tipo semidesnudo tumbado en medio de la carretera que de repente se levanta y tras dar unos cuantos saltos se va a colgarse de una señal de tráfico. Por suerte según veíamos esto escuchamos la sirena de la Guardia Civil que lo detiene muy oportunamente.

Seguimos camino pasando por Medina Sidonia, donde nos perdemos por primera y única vez y de donde salimos airosos gracias a la inestimable ayuda del GPS. Aquí es donde nos vamos a encontrar con una desagradable sorpresa: 10 km de obras. Aquí Rosa tuvo un susto que por poco se la lleva al suelo pero que supo salvar sin más problemas.

Ya empezaba a acordarme de la ruta del Práctico.

Con todo esto nos vamos ya a la que teníamos prevista como última parada en Arcos de la Frontera, otro pueblo este con mucho encanto. Recorremos el lugar en nuestras máquinas y paramos a tomar el café y a degustar un purito en honor a nuestros amigos de miarmalandia que vete tú a saber dónde estarán.





Va por ustedes. Lo que todavía no me explico es cómo coño meten ahí el autobus.

Y sin más nos vamos a enlazar con la N-IV camino de Sevilla. Pero antes pasamos por Espera, otro de aquellos sitios en el que, al pie de la muralla de su castillo, empezaba mis primeras carreras de despegue con la que fue mi primera ala delta.

Ahí los tienes... Con un par de pares.

Un viaje, en fin, que creo que los dos hemos disfrutado de lo lindo. Tres provincias, cuatro parques naturales, montaña, playa, frondosos bosques, áridas tierras, Sol, lluvia, nubes, moteros, locos, helicópteros, buena gente, autovías, caminos, obras, cuestas, curvas, rectas... todo en poco más de 600 km y unas doce horas en moto que cundieron como el viaje más largo.

La ruta al completo.

Las motos se han portado de maravilla. Todo sobre ruedas.

Abrazos,

P.D.: Rosa, falafel.

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